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La puerta está
formada por cinco arquivoltas. En los capiteles de la puerta podemos observar
representaciones de: músicos, danzarinas, Sansón desquijarando
al león y una pareja de jóvenes abrazados, capiteles de acantos
intercalados entre otros tres con parejas de figuras humanas en distintas
actitudes: personajes afrontados con escudos y espadas, dos hombres luchando
con un león y dos más leyendo un libro. La iconografía
de estos capiteles parece íntimamente relacionada con lo pecaminoso
y la lucha contra las fuerzas del mal.
Soportando el friso
encontramos dos ménsulas figuradas: una con un guerrero alanceando
a un monstruo fantástico y otra con un personaje de rasgos negroides.
A cada lado de la portada hay una ventana con capiteles de acantos y grifos
afrontados.
Sin duda, lo más
espectacular del monasterio es su magnífico claustro, uno de los más
interesantes del tardo románico español. Solamente el lado
oriental rompe con la armonía del conjunto ya que fue reconstruido
en el siglo XVI cubriéndose con bóvedas de crucería para
soportar el peso de una galería superior. Los lados norte y sur están
constituidos por dieciséis arcadas sobre columnas pareadas,
mientras
que en el lado occidental se distribuyen diecinueve.
Los capiteles pareados se visten de hojas
alargadas muy carnosas e incurvadas en los extremos superiores, albergando
a veces cogollos o bolas. Entre la gran variedad existente se pueden identificar
composiciones de entrelazo, bayas, o la típica forma de cáliz
floral. En otras ocasiones las esquinas del cuerpo superior de la cesta adoptan
forma de pétalos con un desarrollo en espiral y un acusado trabajo
de calado.
Los principios constructivos están
íntimamente ligados a un ideario decorativo en el que prima la ausencia
de figuración. Sin embargo, sorprende la minuciosidad con que ha sido
trabajada la ornamentación vegetal que alcanza resultados tan sobresalientes
que ponen en duda el rigorismo de los principios estéticos cistercienses.
SAN JUAN BAUTISTA DE SANTIBAÑEZ DE ECLA
Frente al Monasterio
de San Andrés de Arroyo nace una pequeña carretera que nos lleva
a Santibañez de Ecla, apenas cuatro casas y una iglesia románica
datada en el 1319, lo que permite pensar que el estilo románico perduró
en el norte palentino más allá de lo razonable. San Juan Bautista
de Santibañez de Ecla consta de una sola nave con portada de medio
punto. Tiene cabecera cuadrada y torre defensiva de dos cuerpos en el muro.
San Juan Bautista |
Campanario |
SANTOS JUSTO Y PASTOR- OLLEROS DE PISUERGA
La iglesia rupestre de los Santos Justo
y Pastor en Olleros de Pisuerga se encuentra excavada en un promontorio de
naturaleza arenisca. Alrededor de la iglesia y en la misma dirección
se extiende una necrópolis medieval de tumbas antropomorfas excavadas
en roca. La planta del edificio, presenta algunas irregularidades debidas,
a las exigencias topográficas.
La iglesia posee una pequeña espadaña
sin ningún tipo de decoración y una sola portada de medio punto.
La clave de arco presenta un escudo esculpido con una cruz y los símbolos
de la Pasión. Parece ser que la construcción primitiva correspondería
a la actual sacristía, podría ser del siglo VI, donde está
la puerta de acceso (hoy en día cegada) desde el exterior, si bien
el grueso de la iglesia parece pertenecer a los siglos VIII-IX.
La planta de la ermita consta de dos naves,
con sus correspondientes capillas absidales, abriéndose a la derecha
una estrecha galería, hoy sacristía y a la izquierda la que
fue capilla principal con su altar primitivo. Al lado se ubica otra capilla
descubierta en 1931.
Las modificaciones se hicieron en el siglo
X y algunas en el XII de acuerdo con la arquitectura románica.
Alguien nos avisa de que cerca de Olleros
y de Mave hay una ermita rupestre excavada en la montaña. Unos 200
metros antes de llegar a Villacibio, a la derecha viniendo de Olleros, hay
una pista, en mal estado, es preferible ir andando (preguntar en el pueblo)
que nos conduce hasta una ermita San Pelayo del siglo X y que como otras
que debieron existir en la zona sirvieron de recogimiento a muchos ermitaños.
Vallan estas imágenes como muestra:
San Pelayo de Villacibio |
San Pelayo (interior) |
Después de esta agradable sorpresa
del primitivo arte sacro, tomamos la carretera hasta Olleros y desde allí
por la N-611 en dirección a Alar del Rey, llegamos a Nogales de Pisuerga.
Hasta el pueblo se llega por un desvío en el Km. 91 de la carretera
Palencia-Santander
SAN JUAN BAUTISTA DE NOGALES DE PISUERGA
La iglesia de San Juan Bautista se
instala en una suave loma dominando el caserío y aprovechando la terraza
trazada por el río Pisuerga. Su planta original románica era
de nave única a la que se adosó otra en el lado sur en época
gótica de dos tramos con cubo de acceso a la espadaña extradosado
en el muro occidental.
San Juan Bautista Nogales de Pisuerga |
Ábside |
El cimborio se apea en arcos de refuerzo
y sobre estos, en el lado sur, se observan cinco capiteles con temas como
Daniel en el foso de los leones, Adán y Eva flanqueando el árbol
y animales fantásticos afrontados que recuerdan similares motivos en
la cabecera de Cozuelos, Frómista y Santillana del Mar. En las trompas
del cimborio se ven relieves con los símbolos de los evangelistas.
SANTA MARIA LA REAL- AGUILAR DE CAMPOO
La iglesia de Santa María está
documentada históricamente desde el siglo XI. Las donaciones de los
poderosos de la comarca se suceden en esa época de forma continua.
A mediados del siglo XII es un Monasterio de boyante economía, sobre
el que ejercen su patronato algunas importantes familias de la nobleza feudal.
En 1169 el rey Alfonso VIII entrega el "lugar
llamado Santa María de Aguilar, con sus dominios, fuentes, molinos
y todo lo que le pertenece" a la orden de los premostratenses. Los monjes
que ocupaban el Monasterio no se resignan al expolio y plantean sucesivas
demandas ante la autoridad eclesiástica. Para su desgracia el asunto
quedó zanjado a favor de los mostenses en 1173 por una bula del cardenal
Jacinto, legado papal, que ponía el Monasterio bajo la directa protección
real.
Entre momentos de esplendor y profundas
crisis, la Edad Media es la época dorada de Santa María. Sus
posesiones son abundantes y las rentas que producen permiten mantener un
importante edificio, aunque de vez en cuando la tranquilidad se ve duramente
alterada.
El siglo XIV es tiempo de catástrofes.
En 1323 los propios monjes se sublevan contra su abad, transgrediendo de nuevo
todo voto de obediencia y en complicidad con varios cientos de hombres de
la cercana villa de Aguilar saquean las estancias del Abad, arrasando después
tierras y dependencias del Monasterio.
Por Decreto Ministerial del 11 de Octubre
de 1835, el Monasterio de Santa María La Real de Aguilar de Campoo
desaparece como instituto eclesiástico. A partir de esa fecha se produce
el abandono y la ruina del edificio.
Con el proceso de desamortización las
tierras dependientes del Monasterio y las dos hospederías pasaron a
manos particulares, pero no así el propio cenobio que, no hallando
comprador, fue víctima de una rápida ruina a pesar de haber
sido declarado Monumento Nacional por Real Decreto de 12 Junio de 1866.
Así, en 1871 se arrancan la gran mayoría
de los capiteles del claustro y alguno de la iglesia, con destino al Museo
Arqueológico Nacional -uno de ellos pasaría en 1932 al Fogg
Art Museum de la Universidad de Harvard-. Cuando en 1909 Lampérez
realiza el primer estudio de cierta entidad sobre el edificio su estado es
lamentable: "bóvedas hundidas, sepulcros abiertos, fragmentos esparcidos;
(...) abandono y profanación; tal es lo que se ve allí".
El primer intento de recuperación del
Monasterio data de tiempos de la Segunda República cuando se restaura
el destrozado tejado de la iglesia, pero estos proyectos se verán truncados
poco después. Durante la Guerra Civil se instala aquí un improvisado
cuartel, cuyos soldados dejarían huella imborrable del paso de sus
fusiles en algunos de los muros del edificio.
El claustro es el elemento arquitectónico
central de cualquier monasterio alrededor del que se organiza todo el edificio.
A través de él se tiene acceso a la mayor parte de las salas
de la planta baja.
Es el claustro lugar de instrucción
y de contemplación. En su ala norte y adosado a la iglesia había
un banco donde los monjes leían y trabajaban cerca del "armarium",
biblioteca del monasterio, al que se podía acceder desde el mismo claustro.
En el siglo XIII los premostratenses cubren el claustro con bóvedas
de piedra que sustituyen a la antigua cubierta de madera.
La Iglesia, situada al norte del claustro,
con los ábsides orientados al este según el esquema tradicional.
Su planta es basilical de tres naves con ábside central; de sus antiguos
absidiolas del siglo XIII sólo se conserva el situado al sur, el de
la epístola.
Sala capitular.
Fue rehecha por los premostratenses en 1209.
Se encuentra cerca del templo, para de esta forma facilitar el paso de la
comunidad, cada día, después de la prima. Su escasa altura
se explica por tener los dormitorios en la planta superior, sus finalidades
eran diversas. Fundamentalmente era el lugar de reunión de la comunidad,
el capítulo, donde se trataban los asuntos de interés general
y las elecciones de abad, según la regla de la orden. Se utilizaba
también como panteón de abades y personajes ilustres, algunas
de cuyas lápidas aún se pueden ver.
La sala ha sufrido numerosas modificaciones,
como la apertura de los dos arcos al locutorio o la escalera realizada en
el siglo XVIII, que partiendo del centro de la Sala y cruzando el arco de
la pared este, subía hacia los dormitorios de la planta alta. Esta
escalera reducía notablemente el espacio disponible, perdiendo así
su carácter de lugar de reunión.
Capilla de Santa María: La función
de este recinto se supone relacionada con los preparativos funerarios; desde
aquí y en procesión se accedía por la puerta lateral
al camposanto, acompañando al religioso difunto una vez concluida
la ceremonia. Con la ampliación de la sacristía pasó
a ser la capilla privada del abad.
La Iglesia es el espacio donde los premostratenses
actuaron con mayor empeño. Aquí se producía el contacto
más íntimo entre el monje y la divinidad. Los fieles accedían
al templo a través de la puerta abierta a los pies, bajo la gran espadaña,
mientras la comunidad lo hacía directamente desde el claustro. Existió
un coro elevado del siglo XVI que fue desmontado en la restauración
de la década de los años sesenta
SAN MARTÍN OBISPO DE MATALBANIEGA
Abandonamos Aguilar
siguiendo la carretera hacia Cervera de Pisuerga, pero a unos cuatro kilómetros
tomamos un desvío que nos llevará a Matalbaniega y de regreso
a Corvio, donde tendremos oportunidad de visitar dos exponentes más
del románico de la montaña palentina.
En Matalbaniega la
Iglesia de San Martín Obispo. La iglesia de San Martín consta
de una sola nave de considerable altura, ábside semicircular con tramo
recto presbiteral y torre de planta cuadrada a los pies de época
posmedieval.
Conserva dos portadas, una abierta en el muro norte por donde se entra actualmente
al templo, y otra cegada en el lado meridional.
La puerta septentrional,
algo avanzada respecto al muro, está formada por arco de medio punto
y arquivoltas de baquetón y medias cañas con bolas y ajedrezados.
Apoyan sobre dos columnas a cada lado con cimacios de billetes y capiteles
figurados enormemente deteriorados. La del lado sur consta de tres arquivoltas,
dos lisas y la central con moldura rematada por bandas de bolas segmentadas.
El capitel izquierdo es de carácter animal y el derecho
de tipo vegetal. Los cimacios presentan motivos vegetales similares a los
del alero de la nave.
Lo más característico
es la impresionante colección de canecillos que coronan el alero,
unos setenta aproximadamente, todos ellos decorados con motivos muy diversos,
desde formas geométricas hasta figuras animalísticas, músicos,
clérigos, alguno de carácter fálico, etc. En el interior
destaca la decoración del arco triunfal.
San Martín Obispo |
Detalle de ventana |
SANTA JULIANA DE CORVIO
En la iglesia de
Santa Juliana de Corvio, la torre campanario sustituye a la tradicional espadaña
de la zona.
Este es un edificio
de transición del siglo XIII que tiende al estilo gótico, aunque
su ejecución arquitectónica es románica. Llamativo es
el ábside cuadrado y con un óculo vigilante que aporta un aire
renovador al conjunto. Tiene planta de una nave y pórtico gótico
con archivoltas y roscas agudas. Los capiteles tienen una sencilla decoración
con motivos vegetales.
Santa Juliana Corvio |
Pila bautismal |
SAN ESTEBAN DE LOMILLA
San Esteban Lomilla |
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